La evaluación matemática en maestros de primaria.

Matemáticas constituyen el lenguaje del Universo afirmaba Galileo. La historia de la humanidad y el desarrollo avasallante de la ciencia y las tecnologías han  reafirmado esta  visión. En las nuevas sociedades las matemáticas juegan un papel cada vez más ubicuo y polifacético incorporándose de forma natural a la informática, las telecomunicaciones, a la biotecnología,  a la micro y macro-finanzas, la medicina; evidentemente las matemáticas han hecho evolucionar las aéreas clásicas de la ingeniería y la física.  
Es por eso que  las matemáticas forman parte importante de todos los currículos educativos, así  el niño comienza desde muy temprana (escuela) edad su contacto con la matemática. En consecuencia, todas las personas  desarrollan una relación con las matemáticas en los primeros años de su vida y esta se prolonga de manera formal durante  diez años o más y de manera informal a lo largo de toda la vida.
Este contacto prolongado con las matemáticas,  propuesto por la mayoría de los sistemas educativos se presenta desde los primeros cursos, pues las matemáticas, junto con la lengua, forman los dos pilares centrales (UNESCO 2000) de todo proceso educativo. Las matemáticas afirma Rodríguez (2002)  permiten entender el mundo, los procesos que se desarrollan y sus interacciones, en consecuencia el mencionado autor manifiesta que todos los individuos de las nuevas sociedades enfrentan el reto de aprender los números, las operaciones, los sistemas métricos, regla de tres, resolución de de problemas, ecuaciones, geometría, entre muchas otras.
En este contexto los maestros dedican un gran número de horas académicas para esta formación lo que implica para el niño y el maestro mucho tiempo y esfuerzo.  Para el docente enseñar matemáticas siempre ha significado un reto y para el estudiante implica  una constante profundización de los saberes; sin  garantía de apropiarse del conocimiento; de manera que  estos procesos de aprendizaje de las matemáticas particularmente no se corresponde con etapas que se puedan superar, se hace necesario avanzar paulatinamente aumentando la complejidad de los conceptos; ante estos menesteres el currículo educativo en cada una de los grados propone los mismos conocimientos afín de ir profundizando  una y otra vez sobre los mismos, adquiriendo así una comprensión cada vez más profunda y consolidada.
  Sin embargo es una utopía pensar que en esos seis años que dura la primaria,  los niños  consolidan un saber matemático. Por otra parte se puede leer que el fracaso del estudiante se camufla en una serie de factores ambientales, sociales, familiares, económicos y por último y más importante las estrategias de enseñanza del docente. 
La sociedad venezolana concibe al docente  como un individuo  de una buena preparación académica que le permita desarrollar su actividad profesional como educador, pero si a lo largo de su ejercicio profesional no se adapta a las nuevas tendencias del dinámico proceso de enseñanza-aprendizaje, donde la  evaluación y autoevaluación de su propia práctica docente está a la orden del día  y autoevalúa su práctica,  probablemente estaremos  ante un docente que sesga las habilidades cognitivas del estudiante,  debemos recordar el éxito logrado por sus niños debe ser la mejor evaluación para el docente.
En este sentido, los maestros de las escuelas primarias formados en universidades con un enfoque integral que les permite abordar todas las áreas del conocimiento; son los responsables de la enseñanza de las matemáticas durante los seis años que esta formación se extiende; es durante   estos años de formación donde el niño asienta las bases de sus saberes para la vida.
Considerando la importante misión de los maestros de primaria, y más aun la formación integral de los niños, hoy encontramos en nuestras escuelas de primaria maestros que solo enseñan una minúscula parte de la matemática que propone los diversos programas del currículo.
Debe señalarse, que esta situación se deriva de la constante desactualización a la que siempre está expuesto el docente,  a las ausencias de programas de formación adaptados para maestros en ejercicio, a la carencia de procesos de evaluación que permitan redimensionar las practicas del maestro, a la ausencia de una reflexión en y sobre las debilidades del maestro;  sumado a esto, en el formación universitaria al futuro docente le enseñan matemática mas no como debe enseñar matemáticas, en consecuencia, la persona adolece de herramientas y estrategias que le permitan enseñar  matemáticas a través de la utilización de una  didáctica adecuada que conlleve al logro de aprendizajes significativos.
Considerando los aspectos anteriores, la evaluación educativa en general, y más concretamente la evaluación en matemáticas, es actualmente un tema de estudio y debate que se redimensiona acompasados con las necesidades de las nuevas sociedades del conocimiento. Al respecto Pérez-Justes (2006) manifiesta que muchos investigadores que participan en los  distintos encuentros y congresos de ámbito nacional e internacional, con producciones de libros y artículos de revistas especializadas  se interesan intensamente por realizar uno de los procesos más complejos como es la evaluación de programas educativos asociados a la enseñanzas de las matemática.

La evaluación desde una perspectiva humana y social, se hace imprescindible para medir el impacto social y educativo de los maestros, de los centros educativos y sobre todos de los programas, pues permitirá establecer lineamientos que oriente a los centros y sus énfasis, la creación de planes de formación del docente, así como la mejora de sus alcances pedagógicos para la incidencia en la formación de los niños y niñas para contribuir a la consolidación del ciudadano que necesita la nación. 

MSc´s: César Augusto  Arias Rueda, 
Manaure Antonio Pérez Rodriguez y  
José Ramón Delgado Fernández



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